El uso del tacatá o andador de bebés ha sido muy recurrente en tiempos pasados por la libertad que ofrece a padres e hijos, pero hay abierto un debate sobre si su uso es correcto o no.
Y la respuesta es NO; la Asociación Española de Pediatría no recomienda su uso e incluso en países como Canadá está prohibido su uso. La mayoría de visitas de menores a los centros quiroprácticos son debido a problemas congénitos y por malos hábitos adquiridos en los primeros años de vida. Los bebés nacen sin curvaturas; primero se forma la curva cervical cuando empiezan a levantar la cabeza, por eso deben pasar tiempo boca abajo; después se ponen a cuatro patas y eso permite el desarrollo de la curvatura lumbar; la comunicación de hemisferios se produce con la coordinación mano-pie contrarios en el gateo…Todo ello son etapas por las que un niño tiene que pasar para convertirse en un adulto bien desarrollado y si le forzamos, no permitimos que su desarrollo sea completo. Debemos respetar sus tiempos.
El andador de bebés no respeta estos tiempos, acotando el tiempo de desarrollo de músculos y articulaciones y afectando a su desarrollo psico-motor por varias razones:
El andador de bebés no ofrece nada bueno al desarrollo del bebé, aún y así, si los dejamos no más de 30 minutos al día, siempre que los pies toquen bien el suelo y bajo la supervisión de un adulto, esto no debería conllevar ningún riesgo.
Hay alternativas al uso del andador de bebés tales como gimnasios, mantas de juegos, parques cerrados (cuando el bebé ya tiene cierta edad y los padres necesitan un tiempo), o simplemente tumbarlo en el suelo con juguetes a su alrededor, pues ello les estimula de una manera natural e incita a girarse, arrastrarse, sentarse, gatear, andar, etc.
¡Respetar sus tiempos es respetar la columna vertebral de tu bebé!
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